martes, 24 de agosto de 2010

REFLEXION 29 DE AGOSTO

Domingo 29 de Agosto de 2010
22º. Domingo del Tiempo Ordinario


Eclo 3, 17-18.20.28-29:
Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios

Salmo 67, (4-11):                                           
Dios da un lugar a los desvalidos, abre a los cautivos
la puerta de la dicha.

Heb 12, 18-19.22-24:                                    
Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios
vivo.

1. Evangelio según San Lucas 14, 1.7-14
Y sucedió que, habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: “Deja el sitio a éste”, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa.  Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.» Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos.»

Punto central del evangelio: El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido
2.  Resumen para reflexionar
Jesús se sirve de las normas de conducta social para remontarse al comportamiento que nos exige la llamada y la realización del Reino. Critica en la primera parte a los que se afanan por obtener la propia promoción y gloria personal o profesional sin tener en cuenta a otros invitados o incluso lesionando sus derechos más elementales.

3. Interrogantes para reflexionar
  • ¿Qué entendemos por ocupar los últimos puestos?
  • ¿Cuál es el propósito de nuestros afanes?
  • ¿Nos gusta competir? ¿Con qué fin?

4.  Conclusión personal: 
Frente a Dios no se pueden presentar títulos y derechos. Los escribas y fariseos conocían la Ley, cumplían las cosas más insignificantes; pero no ofrecían a Dios el único don que podemos hacerle: “nuestra necesidad”. Dios no necesita de los hombres; pero ha querido esconderse en los pobres y necesitados para que pudiéramos encontrarnos fácilmente con Él.

5. Conclusión comunitaria:
Por lo general el ser humano no sabe dar, si no es para recibir; no sabemos perdernos en una entrega que sólo espera la respuesta de Dios al final del camino. Toda la vida está dirigida por la fuerza del amor y por la esperanza de la vida eterna que sólo Dios puede dar.


Para los momentos de formación meditar los números 107, 155 del catecismo de la Iglesia Católica


107. ¿Quién es invitado a formar parte del Reino de Dios, anunciado y realizado por Jesús?
Jesús invita a todos los hombres a entrar en el Reino de Dios; aun el peor de los pecadores es llamado a convertirse y aceptar la infinita misericordia del Padre. El Reino pertenece, ya aquí en la tierra, a quienes lo acogen con corazón humilde. A ellos les son revelados los misterios del Reino de Dios.

155. ¿En qué sentido el Pueblo de Dios participa de las tres funciones de Cristo: Sacerdote, Profeta y Rey?

El Pueblo de Dios participa del oficio sacerdotal de Cristo en Cuanto los bautizados son consagrados por el Espíritu Santo para ofrecer sacrificios espirituales; participa de su oficio profético en cuanto, con el sentido sobrenatural de la fe, se adhiere indefectiblemente a ella, la profundiza y la testimonia; participa de su función regia con el servicio, imitando a Jesucristo, quien siendo rey del universo, se hizo siervo de todos, sobre todo de los pobres y los que sufren. 

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