jueves, 19 de julio de 2012

DOMINGO 22 DE JULIO DE 2012


Jesús da de comer a mucha gente
Marcos 6, 30-34

"Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.Pero eran tantos los que iban y venían, que ni tiempo tenían para comer. Entonces Jesús les dijo: «Vengan, vamos a un lugar tranquilo para descansar a solas.» 

Y él y los apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. Pero la gente que los vio partir adivinó hacia donde iban. Así, la gente de todos los pueblos cercanos se fue a ese lugar, y llegó antes que Jesús y sus discípulos. 

Cuando Jesús bajó de la barca, vio la gran cantidad de gente que se había reunido y les tuvo compasión, porque parecían ovejas sin pastor. Entonces empezó a enseñarles muchas cosas. "



Pistas para la lectura 


Queridos amigos: 


Luego del episodio que compartimos el Domingo pasado, el envío misionero de los Doce, Marcos intercala el relato de la muerte de San Juan Bautista desde el versículo 14 hasta el 29. Dice el texto que los Apóstoles le cuentan al Señor todo lo que han “hecho y enseñado”. Estas dos palabras, estos dos verbos, hacer y enseñar, son muy importantes porque marcan la continuidad de la tarea de los Apóstoles con respecto a la de Jesús. En los primeros capítulos de Marcos se describe a un Jesús, Mesías que revela el Reino con “hechos y palabras”, “haciendo y diciendo”, “liberando del mal y proclamando el Evangelio”. La tarea de los discípulos y la tarea de la Iglesia de Jesús por todos los siglos es la misma: hacer presente el Reino con hechos y palabras. Ni solo hechos ni solo palabras sino palabras que “expliquen” los hechos, hechos que den autoridad a las palabras. Esta es en definitiva la clave de la misión que nos enseña Jesús. 

La tarea de proclamar el Reino con hechos y palabras es intensa, muy intensa a tal punto que 
puede ser agotadora. Es así que el Señor, al ver que no les queda tiempo ni para comer, para hacer lo básico e indispensable para sostener la vida, invita a sus discípulos a descansar. La frase es muy sugestiva: “Vengan, vamos a un lugar tranquilo para descansar a solas”. 

Los discípulos aceptan la invitación del Maestro y se van en la barca a un lugar apartado. Sin 
embargo, la gente, que sigue a Jesús y también a sus discípulos, captan los movimientos y llegan antes que ellos al lugar donde se dirigían. ¿Qué hace Jesús?  Cuando baja de la barca ve a la multitud con ojos de profunda misericordia, con ojos de Dios. 

Dice el relato que Jesús tiene compasión porque están como ovejas que no tienen pastor. En ese momento comienza a nuevamente su tarea. No sabemos si pudieron o no descansar… El hecho es que Jesús se comporta como un auténtico pastor y atiende la necesidad de la gente, del pueblo.

¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos? 


Propuesta personal 
• Redimensionar mi vida de oración aprendiendo a tener una relación más cordial con el Señor “contándole” todo lo que me pasa en mi vida. 


Propuesta comunitaria 


• Dentro de los jóvenes: ¿cuáles son de manera particular las “multitudes” que andan desorientadas, como ovejas que no tienen pastor? El desafío: ¿qué pueden hacer ustedes cómo jóvenes para en nombre de Jesús, orientar evangélicamente a estos hermanos? 


Fuente:http://lectionautas.com/




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