martes, 26 de octubre de 2010

Domingo 31 de Octubre de 2010 31º. Domingo del Tiempo Ordinario

Sab 11,22-12,2
Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a
todos los seres

Salmo 144(1-14)
Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

2Tes 1,11-2,27
Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él

Evangelio según San Lucas 19, 1-10

Punto central del evangelio: El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido

2.  Resumen para reflexionar
Zaqueo, cuya vida está corroída por el dinero, está insatisfecho. Y tiene que superar varios obstáculos. La gente le estorba pero él no teme parecer que hace el ridículo. A toda costa quiere ver a Jesús, sin que le preocupe su dignidad de jefe de la tesorería. Se sube al árbol, ante las miradas de los que le conocen.

3. Interrogantes para reflexionar
  • ¿Con que frecuencia invitamos a Jesús a la intimidad de nuestra casa?
  • ¿Estamos dispuestos a afrontar la burla de los demás por seguir a Cristo?
  • ¿Resarcimos el daño causado por nuestras malas acciones u omisiones?

4.  Conclusión personal:
Esta página del Evangelio muestra la pobreza del pecador, cooperación libre por el deseo de salir de ella, la iniciativa divina, la comida de Jesús con los pecadores, la alegría del perdón, el corazón nuevo y transformado.

5. Conclusión comunitaria:
La presencia de Dios en nuestra vida y en nuestra casa, nos invita a compartir alegremente nuestra felicidad y nuestros bienes, y a tomar en serio nuestro compromiso diario, que no está en cruzarse de brazos, sino en hacer todavía más bello este mundo.

Para los momentos de formación Meditar los números 188, 303, 359 del catecismo de la Iglesia Católica

188. ¿Cuál es la vocación de los fieles laicos?
Los fieles laicos tienen como vocación propia la de buscar el Reino de Dios, iluminando y ordenando las realidades temporales según Dios. Responden así a la llamada a la santidad y al apostolado, que se dirige a todos los bautizados.

303. ¿Cuáles son los actos propios del penitente?
Los actos propios del penitente son los siguientes: un diligente examen de conciencia; la contrición (o arrepentimiento), que es perfecta cuando está motivada por el amor a Dios, imperfecta cuando se funda en otros motivos, e incluye el propósito de no volver a pecar; la confesión, que consiste en la acusación de los pecados hecha delante del sacerdote; la satisfacción, es decir, el cumplimiento de ciertos actos de penitencia, que el propio confesor impone al penitente para reparar el daño causado por el pecado.


359. ¿Cómo alcanza el hombre la bienaventuranza?

El hombre alcanza la bienaventuranza en virtud de la gracia de Cristo, que lo hace partícipe de la vida divina. En el Evangelio Cristo señala a los suyos el camino que lleva a la felicidad sin fin: las Bienaventuranzas. La gracia de Cristo obra en todo hombre que, siguiendo la recta conciencia, busca y ama la verdad y el bien, y evita el mal.

0 comentarios:

Publicar un comentario